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María Castañeda, presidenta del Colegio de Navarra, fue una de las protagonistas en el Congreso de Mediadores. | Foto: cedida.

La semana pasada tuve la oportunidad de viajar hasta Valencia, como presidenta del Colegio de Navarra y responsable de la comisión de formación del Consejo General (Comisión CECAS), para asistir al Congreso de Mediadores, una cita que fue punto de encuentro de más de 600 profesionales de otras comunidades.

El Congreso, que contó con la participación de interesantísimos ponentes, sirvió para sacar algunas conclusiones después de dos años de incertidumbre, con una pandemia y una guerra en Europa que todavía nos mantienen en vilo. Personas y empresas se han visto abocadas a una digitalización acelerada y hoy todos somos más conscientes de la percepción del riesgo.

El Consejo General aprovechó la cita para presentar su nuevo plan de iniciativas de colaboración con las compañías de seguros. El que se ha denominado Programa Core, contempla cuatro iniciativas: índice de digitalización, gestión de siniestros de autos, plan de sucesión y mediador sostenible.

Me centraré en dos de ellas que afectarán a la profesión a corto plazo. Como he apuntado con anterioridad, la digitalización es uno de los grandes retos al que nos hemos enfrentado durante la pandemia. El sector tiene que apostar por la tecnología para acelerar los procesos de nuestros negocios y dedicar más tiempo a la mejora del asesoramiento: una de nuestras virtudes.

Estrechamente ligada a la digitalización y al asesoramiento está la formación. Es la mejor forma de ofrecer un excelente servicio a nuestros clientes. Por eso, desde todos los colegios se insiste en la necesidad de prepararse para afrontar con optimismo los retos del futuro.

Pero la mediación se enfrenta a otra realidad: el sector está copado por profesionales a punto de jubilarse. Como apuntó el director general del Consejo General, Álvaro Iglesias, "en los próximos cinco años se va a producir el mayor relevo generacional de la historia de la mediación. Un momento crítico en el que el profesional debe decidir entre vender, integrarse en otros grupos o traspasar el negocio a sus sucesores".

Esta situación no es ajena a la mediación navarra. Con el objetivo de ayudar a tomar la mejor decisión, el Consejo ha desarrollado el programa denominado Plan de sucesión. Así, apuntaron, "la iniciática contempla el establecimiento de un modelo de actuación, desarrollo de metodología y proceso de asesoramiento". También es cierto que en Navarra existen motivos para la esperanza. En la Comunidad foral hay muchos profesionales jóvenes que vienen empujando fuerte. Esta nueva generación de mediadores se refleja, por ejemplo, en la Junta Directiva del Colegio, con Miriam Arnedo, Gorka Burguete y Jorge Sala.

Valencia se convirtió en un foro fructífero del que volví con varias conclusiones, entre ellas, una que me parece esencial: la unión y el entendimiento entre los colegios nos hará tener mayor empuje en el sector de los seguros.

Y otra, con la me gustaría concluir, es la importancia de las personas en un contexto de creciente complejidad y competencia.

María Castañeda Gómez

Presidenta del Colegio de Mediadores de Seguros de Navarra

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